domingo, junho 27, 2010

Mariano Grondona ¿Acaso no sabíamos que el rey está desnudo?

LA NACION

Según una leyenda que ha recorrido la historia desde el siglo XIV hasta nuestros días, un rey cabalgaba muy orondo como Dios lo había traído al mundo sin que aquellos que lo contemplaban, presos del temor, se animaran a decírselo hasta que un niño, bendecido por la inocencia, proclamó en voz alta lo que todos sabían y nadie confesaba: que el rey estaba desnudo. A partir de este milagroso momento los súbditos le perdieron el miedo a su despótico monarca y se convirtieron en ciudadanos.

El ex embajador en Venezuela Eduardo Sadous no es por cierto un niño, sino un adulto, pero, al igual que el niño de la leyenda, se ha animado a denunciar primero ante la Justicia y después en la Cámara de Diputados que los negocios de exportación entre los gobiernos de la Argentina y de Venezuela han sido reiteradamente "lubricados" por coimas del quince al veinte por ciento. La pregunta que aún espera una respuesta es si la valerosa denuncia del diplomático será acogida por una investigación que sería estruendosa si al menos algunos testigos aceptaran convertirse de súbditos en ciudadanos. ¿Caerán los dichos de Sadous, como tantos otros similares antes de él, en un conveniente olvido, o serán el punto de partida de una reacción colectiva de amplios alcances? Esta pregunta es significativa porque apunta a un mal que ha venido afectando de manera creciente nuestra sociedad: el mal, potencialmente terminal, de la corrupción.

El "estado de corrupción"

Se nos dirá: pero la corrupción, ¿no ha afectado siempre a las naciones? ¿Y no las seguirá afectando? ¿Por qué agitarse tanto entonces ante las denuncias de Sadous? Esta objeción cubre a los que llamamos actos de corrupción , que desgraciadamente han acompañado y acompañarán a la condición humana. Pero una cosa son los actos de corrupción que, como las manchas en el tigre, siempre estarán en nosotros, y otra cosa muy distinta es lo que llamamos estado de corrupción , es decir, una generalización tal de aquellos actos que, al cubrir frecuentemente las acciones de funcionarios y empresarios, se vuelven habituales y por eso previsibles hasta invadir como una plaga la vida del Estado y de la sociedad.

Cabría esbozar aquí una historia de la corrupción en la Argentina. Podría decirse en este sentido que, si los actos de corrupción nos acompañaron siempre, ellos se multiplicaron recientemente bajo el poder de Menem y de Kirchner, hasta poner a nuestro país en el fondo de la lista de los países corruptos que prepara anualmente la organización Transparencia Internacional. Cuando uno recorre esta inquietante lista, y al comprobar que en ella la Argentina ha venido ocupando una posición cada año más vergonzosa, se hace difícil negar que en estos últimos años ya no padecemos de "actos" de corrupción relativamente excepcionales, sino de un verdadero "estado" de corrupción que ya no es similar a un tumor, ni siquiera a un cáncer, sino a una metástasis que invade los más diversos tejidos sociales.

La comparación entre la corrupción que permitió Menem y la que ahora alienta Kirchner marca a su vez una diferencia de grado que apunta hacia su agravamiento, ya que, mientras que a Menem no le importaba la difusión del mal y se aprovechaba además de ella, Kirchner, por su parte, la "concentra" en su inmediato entorno, multiplicando aún más, por ello, su enorme peligrosidad.

Cuando alguien comete un acto de corrupción traiciona su deber hacia un tercero, y a través de él a la nación, para obtener un beneficio ilegítimo. Pero el acto de corrupción conlleva un perjuicio adicional por ser "contagioso". Como hacen falta dos para bailar el tango, el que tienta a otro en dirección de un acto corrupto, si éste cae en la tentación, es reclutado en la legión de los corruptos, algo que el "tentado" duplicará al convertirse más tarde en "tentador". Una vez que la serie de tentaciones aceptadas y duplicadas se extiende hasta expandirse en red, la sociedad misma queda afectada por una enfermedad conexa que llamaríamos la resignación colectiva ante la corrupción, que irrumpe en el corazón de la sociedad cuando, siendo aceptada por más y más personas como un "hecho", la corrupción avanza inconteniblemente hasta que algunos se preguntan si sustraerse a este mal colectivo que incluye desde las grandes corrupciones hasta las pequeñas, si quedar al margen de esta corriente, no es convertirse en un ingenuo, en un "gil". Es en ese momento en el cual la acelerada difusión de los actos corruptos, arrastrando cada día más a los funcionarios y a los empresarios que transan con ellos, se transforma en un mal general, habitual, aunque también es verdad que, a partir del momento en el cual se ha instalado el "estado de corrupción", la sociedad se alarma por un instinto de supervivencia y termina reclamando que el Estado, después de haber sido el promotor de la corrupción, haga algo decisivo en sentido contrario, simplemente con la intención de salvarse.

Utopía y "anticorrupción"

¿Por qué el estado de corrupción es tan peligroso que urge liberarse de él? Porque la sociedad es un sistema de expectativas recíprocas en virtud del cual cada uno de sus miembros actúa a la espera de lo que haga el otro. Si este "otro" es un funcionario, lo lógico es esperar que, al tomar sus decisiones, por ejemplo, ante alguna licitación, procure lo mejor para el conjunto. Si el estado de corrupción lleva a sospechar de la rectitud de los funcionarios, los que se verán afectados por sus decisiones tienden a curvar también su conducta con la mira puesta ya no en lo que hay "sobre" la mesa de las deliberaciones públicas, sino "por debajo" de ella, en las transacciones ocultas que las condicionan. Funcionarios y empresarios bucean entonces en busca de los beneficios ilegítimos que acechan a las decisiones públicas, con un doble resultado. Primero, que cada decisión estatal será subóptima, en ocasiones pésima, en dirección del bien común que los ciudadanos tienen el derecho de reclamar. ¿Es posible calcular la miríada de malas decisiones que diezman, debido a este mecanismo perverso, el desarrollo de nuestra nación?

Pero, con ser este cúmulo de las decisiones antisociales un mal tan profundo, en segundo lugar hay otro mal aún mayor: que los miembros de una sociedad afectada por el estado de corrupción terminen por perder la confianza recíproca , que, como Francis Fukuyama lo ha señalado en su libro Confianza , es su principal "capital social". ¿No es esto lo que nos pasa a los argentinos hoy, mientras asistimos impotentes a la anemia de las inversiones de largo plazo y a la fuga de los capitales?

La metástasis moral que nos amenaza a los argentinos en medio del actual estado de corrupción, ¿es en todo caso reversible ? Roberto Alemann dijo alguna vez, al hablar de la inflación, que si se la combate de frente, aun así habrá algo de inflación, pero que si se la tolera, lo que habrá es hiperinflación. Esta tesis es aplicable a la corrupción. Si la combatimos mediante una verdadera campaña nacional, aun así habrá algo de corrupción. Pero ¿qué pasará si la toleramos, y más aún, si la promueve el Estado? Habrá hipercorrupción. Sólo si un jefe de Estado se convierte en un verdadero cruzado contra el estado de corrupción que ahora nos circunda, podrá llevarlo gradualmente hasta el remanso de los inevitables actos de corrupción que ya no serían en tal caso pecados mortales sino veniales. Las manchas del tigre son, después de todo, inevitables. Lo que nos urge lograr mediante un gran esfuerzo convergente es que el tigre no se transforme en pantera.

sexta-feira, junho 25, 2010

As privatizações de PT e PSDB:: Vinicius Torres Freire


Sabe-se lá o que o grosso do eleitorado entende por "privatização". Pesquisas indicam que o termo é associado a bandalheira e dilapidação do patrimônio "do povo", entre outros palavrões de uma nuvem de significados vaga mas politicamente intragável. O PT sabe disso. Em 2006, Lula acabou de fazer picadinho do tucano Geraldo Alckmin ao lhe pespegar o rótulo de privatista.

O lulismo-petismo já começou a cruzar essa bola na área da campanha de José Serra. Não se sabe se a jogada terá o mesmo efeito de 2006, mas é difícil defender esse "ataque".

Na entrevista que deu segunda-feira ao programa "Roda Viva", da TV Cultura, Serra rebateu essa bola de modo inteligente. Mas seu argumento talvez ainda seja elaborado demais para pegar em campanhas.

Serra afirmou que o governo privatiza o dinheiro público por meio dos empréstimos do BNDES para negócios de fusões e aquisições.

De 2009 a 2010, o BNDES terá recebido até R$ 180 bilhões do Tesouro, dinheiro que o governo toma emprestado na praça a uma certa taxa de juros, mais ou menos a Selic, bem superior à taxa pela qual o BNDES empresta a grandes empresas. Logo, o governo federal, via BNDES, subsidia grandes empresas.

Trata-se de uma privatização, de certo modo, embora não esteja diretamente em jogo a transferência da propriedade. Diretamente, ressalte-se.

Parte desse dinheiro foi dirigida a novos projetos de investimento, para os quais não há financiamento viável de longo prazo. Outra parte financiou fusões e aquisições, diretamente ou por meio do barateamento do custo de capital das empresas que estavam em processo de comprar ou de se juntar a outras.

Com dinheiro do BNDES e/ou com seu dedo político, o governo federal ajudou a concentrar o negócio de carnes nas mãos do JBS e da Perdigão-Sadia, Sadia falida na brincadeira cambial de 2008. Aglomerou parte do negócio da telefonia na Oi. O negócio da celulose na Votorantim-Aracruz, outras participantes da ciranda cambial. Colocou a petroquímica sob o chapéu da Odebrecht (Braskem)-Petrobras. Etc.

Mas o grosso do eleitorado entenderá o modo pelo qual juros subsidiados barateiam o custo de capital de grandes empresas e facilitam a criação de conglomerados e oligopólios? Entenderia como os juros subsidiados do BNDES afetam a taxa média de juros da economia, impedindo que ela seja menor?

Quererá saber dos juros subsidiados para a agricultura e para imóveis?

Em suma, FHC privatizou, Lula conglomerou. Os dois governos tiveram papel fundamental na reorganização da propriedade da grande empresa. Houve, em mais um aspecto, continuidade entre os dois governos, agora na refundação da "aliança Estado-empresa". De resto, Lula retomou a política de concessões de serviços públicos, como no caso de estradas e, em menor grau, energia.

Serra defendia privatizações de empresas já nos anos 1980, mas não é "privatista". Defendeu, de resto, a quebra de direitos de propriedade, como o das patentes de remédios caros demais. É a favor do SUS, que fortaleceu. Jamais foi contra coisas como Bolsa Família ou aumentos do salário mínimo, pelo contrário. As diferenças atuais e práticas entre o PSDB serrista e o PT no governo são, pois, pequenas.

Vai ser mesmo difícil Serra achar uma brecha para fazer a diferença na campanha.

Para escapar da armadilha :: Yoshiaki Nakano


DEU NO VALOR ECONÔMICO

Não há como não ser repetitivo no Brasil pois cometemos os mesmos erros repetidamente. Entramos novamente na armadilha que bloqueia a transição da economia brasileira para um processo de crescimento mais acelerado e estável. Antes da taxa de investimento chegar à casa dos 20% do PIB, para poder acelerar o crescimento do PIB potencial, surge a ameaça de inflação e do déficit excessivo nas transações correntes. Daí, ao invés de contermos os gastos correntes do governo aumentamos a taxa de juros. Aí está o erro. A inflação pode ser contida, em grande parte em função da apreciação da taxa de câmbio, mas o déficit em transações corrente dispara anunciando dificuldades ou crise no médio prazo. Se as autoridades decidirem evitar antecipadamente a crise terão que frear ainda mais o crescimento e depreciar a taxa de câmbio.

Vivenciamos esse erro de 1995 a 1999 e tivemos a crise cambial. Novamente em 2008, enquanto o Banco Central aumentava a taxa de juros a partir do mês de abril, o governo praticava política fiscal fortemente expansionista. Nesse caso o script final mudou por que fomos atropelados no último trimestre pela forte contração de crédito pelos bancos brasileiros em função do pânico gerado nos Estados Unidos com a quebra do Lehman " s Brothers. Este ano, mal iniciamos a recuperação dos investimentos o Banco Central novamente iniciou a elevação da taxa de juros em função do aumento da expectativa de inflação. A política fiscal expansionista plenamente justificável no final de 2008 e primeiro semestre de 2009, pois foi uma ação contracíclica, não se justifica há muito tempo. Deveríamos ter uma coordenação entre a política fiscal e monetária de forma que neste ano a política fiscal deveria ser contracionista para conter o excesso de demanda e conter tanto déficit em transações correntes quando eliminar a ameaça de inflação. Nesse caso a política monetária poderia ser passiva de forma a não bloquear o aumento na taxa de investimento. Assim a expansão do produto potencial decorrente poderia acompanhar o crescimento da demanda agregada, mais moderada em função da política fiscal contracionista.

O efeito perverso da atual elevação da taxa de juros é que ao atrair fluxo de capitais do exterior e gerar novas pressões para apreciar a taxa de câmbio, agrava ainda mais o crescente déficit em transações corrente. Basta lembrar que o volume de importações cresceram 41,5% até maio deste ano, comparado ao mesmo período de 2009. Neste mesmo período o volume de importações de bens duráveis aumentou 77,1%.

É verdade que temos hoje quase US$ 250 bilhões de reservas cambiais, mas o estoque de ativos líquidos no Brasil é muito maior de forma que uma vez instalada a desconfiança de que a taxa de câmbio deverá depreciar, a probabilidade de interrompe-las será muito pequena. Só os recursos aplicados no overnight e nas operações com compromisso de recompra pelo Banco Central podem esgotar com as reservas cambiais. Pior, como nesses casos há sempre um "overshooting" o impacto sobre a taxa de câmbio deverá ser desnecessariamente forte.

O resultado desse processo é um crescimento médio moderado com fortes instabilidades tanto no produto como na taxa de inflação, na melhor das hipóteses. No longo prazo deverá resultar num crescimento medíocre quando finalmente a economia brasileira adquirir dinamismo e puder voltar a crescer aceleradamente como fizemos de 1940 a 1980 quando crescemos uma média anual de 7%. Para perceber as nossas possibilidades basta lembrar que apesar da taxa de câmbio apreciada, a indústria de transformação voltou a liderar o crescimento alimentada por um crescimento doméstico da demanda, por sua vez sustentada pelo aumento da massa real de salário que deverá ser superior a 5,5% este ano. É fundamental lembrar que este aumento vem acompanhado de aumento maior da produtividade do trabalho de forma que o custo unitário do trabalho está caindo. Portanto, a redução do desemprego e o aumento de salário real não exercem pressão inflacionária.

Como este é um ano eleitoral a questão fica para o próximo presidente: se quisermos transitar para um crescimento mais acelerado e estável não há outra saída senão reduzir relativamente ao PIB a despesa corrente do governo de forma a abrir espaço no PIB para que a taxa de investimento aumente para mais do que 25% do PIB. Isso não significa que a despesa corrente tenha que ser reduzida em termos absolutos, ela tem que crescer menos do que o PIB ao longo de anos. Não há outra opção pois a soma dos componentes da demanda agregada não pode ser maior do que o PIB. Para ampliar o investimento privado concomitantemente com a redução da despesa, a carga tributária terá que ser reduzida devolvendo renda a este setor. Nesse processo o déficit público deverá ser eliminado de forma que a taxa de juros possa convergir para níveis internacionais e a taxa de câmbio possa ser mantida mais competitiva. Essa transição para o crescimento mais rápido pode ser feito ao longo do primeiro mandato e o próximo Presidente ser reeleito, ou mais lentamente, com redução da probabilidade de ser reeleito.

MÍRIAM LEITÃO Sinais conflitantes



O Globo - 25/06/2010

Os países mais poderosos do mundo vão se reunir neste fim de semana em Toronto diante de vários sinais conflitantes. Os Estados Unidos temem retirar os estímulos fiscais pelo risco de nova recessão. A Europa está cortando gastos com medo de que o endividamento dos países resulte em calote, o que abalaria os bancos. A China dá sinais ambivalentes sobre o seu câmbio.

Em entrevista no programa desta semana na GloboNews, a economista Monica de Bolle, da Galanto Consultoria, e o consultor Rodrigo Tavares Maciel, da Strategus, disseram que não acreditam numa valorização grande do yuan.

Eles concordam que é uma volta à política de 2005-2008, mas acham que a mudança será ainda mais lenta.

O medo americano é abortar a recuperação se retirar completamente os estímulos.

De acordo com análise do Bank of America Merrill Lynch, os incentivos dados por George Bush e Barack Obama já estão perdendo efeito. Pelas contas do banco, o pacote de US$ 800 bilhões de Obama deixará de ter influência positiva sobre o PIB este ano.

Em 2009 ele contribuiu com uma alta de 1,6%. Ao mesmo tempo, o programa de corte de impostos aprovado por Bush, se não for prorrogado, pode comprometer em 1,3% o PIB do ano que vem. O banco avalia que um aperto fiscal aumentará as chances de uma nova recessão mundial.

“Continuamos projetando uma recuperação moderada da economia mundial no ano que vem, mesmo que as políticas fiscais endureçam. Entretanto, o risco de um duplo mergulho no próximo ano está maior”, afirma.

O receio da União Europeia, e principalmente da Alemanha, é de que o endividamento dos países leve a reestruturações de dívidas que comprometam o sistema financeiro europeu. Relatório do BIS este mês revelou que bancos alemães e franceses possuíam exposição de quase US$ 1 trilhão em países como Grécia, Irlanda, Portugal e Espanha. Por isso, a líder alemã, Angela Merkel, está intransigente em relação à proposta de Obama para que os estímulos à economia mundial sejam mantidos.

— Obama pode se dar ao luxo de não fazer ajustes fiscais porque possui moeda própria, mas os países europeus têm moeda comum e isso deixa a Zona do Euro mais engessada. Não há espaço para novos estímulos fiscais em países como Alemanha, França, Inglaterra, Itália, Espanha. Obama está falando sozinho — disse Monica de Bolle.

Na terça-feira, o governo britânico anunciou corte de 25% nos gastos públicos para os próximos quatro anos e uma série de aumento de impostos.

É o maior aperto desde a era Margaret Thatcher. O objetivo é reduzir o déficit público recorde de 10,1% do PIB para 1,1% nos próximos cinco anos. No início do mês, a Alemanha disse que fará cortes de C 80 bilhões. A França afirmou que pode ir além da meta de reduzir de 8% para 3% o déficit em 2013.

O déficit da Zona do Euro é menor que o americano: 6,3% na média dos países europeus, no ano passado, contra 9,9%. Por outro lado, o crescimento americano foi menos afetado pela crise. Durante a recessão, a economia americana caiu 3,8%; enquanto a da Zona do Euro recuou 5,3%.

Nos três primeiros trimestres de recuperação, enquanto os EUA cresceram a uma taxa anualizada de 3,5%, os europeus só cresceram 1%.

O problema, segundo Alex Agostini, da Austin Rating, é que a Europa precisa garantir um crescimento sustentado no médio e longo prazo, e não apenas no curtíssimo prazo, que seria o crescimento turbinado por pacotes fiscais.

Ele acha que o discurso de Obama tem foco interno, voltado para as eleições no Congresso, de meio de mandato.

— A preocupação da Alemanha faz sentido porque em caso de problema é ela quem vai pagar a conta, que é o país mais rico. O entrelaçamento é muito alto no bloco, todos são interdependentes. O que a Europa precisa é de ajustes que garantam o crescimento nos próximos anos. O Japão do pós-guerra teve que sacrificar duas gerações para garantir o futuro. Isso também terá que acontecer na Europa — disse Agostini.

Os momentos de aparente tranquilidade nas bolsas podem ser explicados pelo gráfico abaixo. Ele mostra a quantidade de dinheiro que o Banco Central americano colocou no mercado para combater a crise financeira. A liquidez saltou de US$ 800 bilhões, antes da crise, para US$ 2,3 trilhões no final de 2008.

Agora, está em US$ 1,9 trilhão.

Em dias de ausência de notícias ruins, esse dinheiro queima na mão e os investidores aumentam o apetite por ativos de risco.

MERVAL PEREIRA Perdendo terreno



O Globo - 25/06/2010

O resultado mais negativo para a campanha oposicionista na pesquisa do Ibope foi a reviravolta na Região Sudeste, que corresponde a mais de 40% dos eleitores brasileiros, com os estados de São Paulo, Minas Gerais, Espírito Santo e Rio de Janeiro.

Se a candidata governista está vencendo inclusive na região do país onde se concentra a grande força política da oposição, pois domina os governos dos dois maiores colégios eleitorais, São Paulo e Minas, aí a situação estará mesmo periclitante para a candidatura tucana.

Na última pesquisa do Ibope, que dera empate de 37%, José Serra vencia Dilma no Sudeste por 41% a 33%, e nesta última a candidata oficial conseguiu ficar à frente, revertendo a situação para um empate técnico de 37% a 36%.

Isso significa que o ex-governador paulista José Serra não está conseguindo tirar de seu estado uma diferença de votos capaz de equilibrar a situação de desvantagem em Minas e Rio de Janeiro.

E também que o ex-governador Aécio Neves ainda não conseguiu reverter a vantagem que o presidente Lula vem tendo em Minas, onde venceu as duas últimas eleições presidenciais — apesar da força eleitoral de Aécio no estado — por uma diferença de um milhão de votos.

Para se ter uma ideia do que isso significa para os tucanos, na eleição de 2006 o candidato do PSDB, Geraldo Alckmin, mesmo perdendo no primeiro turno para Lula, venceu-o na Região Sudeste por cerca de 600 mil votos, de 45,2% a 43,3%.

Essa vitória ele conseguiu superando Lula em São Paulo por 3,8 milhões de votos, já que perdeu nos outros estados do Sudeste.

A única vez em que Lula venceu na Região Sudeste foi em 2002, e por uma diferença exuberante: 46,5% a 22,7%.

Ganhou por larga margem em Minas, Rio de Janeiro e Espírito Santo e também em São Paulo, com uma diferença de cerca de 3,5 milhões de votos sobre Serra.

O plano de José Serra era sair de São Paulo com 5 a 6 milhões de votos de diferença para Dilma, coisa que não está acontecendo.

A pesquisa nacional que as direções do DEM e do PSDB têm, feita pelo Instituto GPP, dá uma vitória a Serra de 4 pontos percentuais, e a diferença está justamente no Sudeste, onde o tucano vence por 37% a 31%.

É previsível que, a partir dos números ruins da pesquisa do Ibope, o comando da campanha tucana vá concentrar sua atuação nas regiões onde poderia garantir uma boa vantagem, o Sul e o Sudeste.

Mas o impacto da pesquisa é inevitável, e pode desmanchar em poucos dias os arranjos que estavam sendo amarrados em estados chaves como os do Sul.

O PP, que a partir das regionais sulistas conseguira manter a neutralidade mesmo com a maioria disposta a apoiar a candidatura de Dilma Rousseff, já se inclina para um “apoio político informal”, com o presidente do partido, senador Francisco Dornelles, que um dia já esteve com um pé no posto de vice de Serra, se comprometendo a trabalhar para a candidata oficial.

A subida de Dilma pode também estimular a decisão do senador Osmar Dias pelo bloco governista, a não ser que o senador Álvaro Dias, seu irmão, seja o escolhido para formar a chapa puro sangue do PSDB com Serra.

É bobagem de militante considerar que a fatura está liquidada, mas é bom os tucanos se convencerem de que está ficando cada vez mais difícil o que consideravam “uma barbada”.

O fato é que Lula, surpreendentemente, está conseguindo transferir sua popularidade para Dilma, coisa em que a maioria da direção tucana não acreditava, pelo menos nesse volume todo.

É verdade que a propaganda eleitoral vai dar chance ao PSDB de tentar desconstruir a candidata Dilma, mas é um passo perigoso, por que toda crítica ao governo passa a ser vista como antipatriótica, e no caso de uma mulher, é mais delicado ainda.

Mas há sempre a possibilidade de um erro do adversário, como no caso dos aloprados em 2006 que impediu que Lula vencesse no primeiro turno e alavancou a votação de Alckmin, fenômeno não captado pelas pesquisas de opinião na ocasião.

O problema da candidatura de Serra é que cada vez mais suas chances estão num erro do adversário, e cada vez menos na sua campanha propriamente dita.

O PT também conta com os erros de Serra, como sua irritabilidade e seus comentários sobre temas polêmicos, como a necessidade de controlar o Banco Central, que são explorados como sinais de perigo para a estabilidade econômica do país.

Ele alega que as perguntas geralmente são feitas ou de maneira maliciosa ou superficialmente, o que o impede de explicar direito suas idéias a respeito de temas tão complexos e delicados.

Esse, na verdade, é um dos problemas de Serra.

Quase todas as questões que podem ser criticadas no governo Lula são muito técnicas e não se prestam a uma campanha eleitoral onde o emocional vale mais do que o racional.

Assim é que, quando Serra tenta analisar o crescimento econômico do país nos últimos anos, ponderando que ele não é tão fabuloso como vende o governo, corre o risco de ser acusado pela adversária de ser “contra o país”.

A candidata Dilma Rousseff terá uma propaganda eleitoral com mais tempo na televisão e tão competente ou mais tecnologicamente falando do que a da oposição.

E, sobretudo, estará protegida de possíveis erros que ainda surgem quando se apresenta sem quem cuide de sua imagem ou edite suas frases truncadas.

O que parecia ser uma oportunidade para as críticas da oposição está sendo muito bem controlado pelo comando da equipe da candidatura oficial.

É inegável que o processo de reconstrução por que passa Dilma, tanto física quanto na parte de contato com o público (o chamado mídia training), está tendo bons resultados, reduzindo as chances de um tropeço que possa ser fatal à candidatura.

Lição de anatomia Celso Ming


O Estado de S. Paulo - 25/06/2010


Na mesa, o doente. Em volta dela, os maiorais da política mundial. Lembra a obra-prima de Rembrandt, Lição de Anatomia.

Há uma enorme ansiedade em torno do encontro de cúpula do Grupo dos 20 (G-20) que começa hoje em Toronto, no Canadá, porque a economia do planeta continua prostrada, como acaba de reconhecer oficialmente o Federal Reserve (Fed, o banco central dos Estados Unidos). A saída passa por importantes definições políticas e lá em Toronto estão os grandes líderes mundiais.

Os principais temas em discussão foram fartamente cantados em reuniões preparatórias: (1) O que é mais importante agora, derrubar as dívidas dos grandes, especialmente as da União Europeia, com reforço do aperto fiscal, ou aumentar as despesas públicas, inclusive dos mais endividados, para garantir a recuperação?; (2) A hora é de taxar os bancos e de uniformizar a regulação financeira ou é de manter relativamente solto o mercado?; (3) Como incrementar o consumo dos países emergentes, que hoje garantem dois terços do crescimento econômico global?

Divergências. Tão ou até mais importante do que a agenda em discussão são as divergências entre as potências econômicas. A União Europeia, mais particularmente a Alemanha e a França, elegeu como prioridade a derrubada das dívidas. Não há sustentabilidade no crescimento econômico que não se apoiar no equilíbrio fiscal, argumenta a chanceler alemã, Angela Merkel. Dívida grande demais, avisam as autoridades francesas, deixa os devedores à mercê dos credores e estes não se contentam com cobrar juros escorchantes que tendem a agravar o problema da dívida. Os credores são dados à chantagem. A qualquer momento podem se recusar a refinanciar a dívida de um país, como ameaça acontecer com Grécia, Portugal e Espanha.

Enquanto isso, as autoridades dos Estados Unidos, que há alguns dias distribuíam o mesmo catecismo da recessão e da austeridade, hoje querem que o resto do mundo não se deixe impressionar pelas dívidas e sigam despejando verbas públicas. "Temos que nos comprometer com reduzir os déficits de longo prazo, mas não ao preço de comprometer o crescimento imediato. Sem crescimento já, os rombos aumentarão ainda mais e solaparão o crescimento futuro", escreveram ontem, no Wall Street Journal, o secretário do Tesouro americano, Tim Geithner, e o diretor do Conselho Econômico Nacional da Casa Branca, Larry Summers.

Novos impostos. Há certo consenso sobre a necessidade de taxar os grandes bancos. Mas há enormes divergências sobre a motivação e a forma de taxá-los. Na Europa, por exemplo, o buraco a preencher é de natureza fiscal. A criação de novos impostos sobre os bancos vem no bojo de projetos de aumento de arrecadação, como está acontecendo na Inglaterra e na França. Nos Estados Unidos, a ideia é arrancar dos bancos o retorno das despesas que o contribuinte teve com as operações de salvação dessas instituições.

O maior problema aí é que uma taxação dos bancos teria de ser universal e uniforme. Como os grandes bancos são globais, eles podem transferir a titularidade dos seus ativos para filiais mantidas em outros países e, assim, fugir à taxação. De mais a mais, qualquer um sabe que a saúde e a confiabilidade das instituições financeiras estão mais relacionadas com uma proporção adequada entre capital e aplicações (ativos) do que com a criação de novos impostos.

Quanto à expansão do consumo dos emergentes, o principal foco de atenção continua sendo a China. Os Estados Unidos e a Europa estão pressionando Pequim para apressar o processo de valorização de sua moeda para que, assim, eleve o poder aquisitivo do trabalhador e se criem condições para o aumento das exportações de manufaturados dos países ricos. Mas esse efeito pode ter baixo alcance. Muito provavelmente, o chinês incrementará, sim, seu consumo, mas o fará com compras de produtos fabricados lá mesmo, na China, e não nos demais países.

Seja qual for a forma final como se compuserem interesses tão divergentes, o mais importante é que cresce a percepção de que a economia mundial não pode ser administrada isoladamente, país por país. É preciso mais coordenação. Ainda que os resultados desejados sejam insignificantes, o fortalecimento do G-20 é parte de um processo inexorável de convergência de governanças.

A reeducação de Dilma Rousseff Rogério L. F. Werneck


O Estado de S. Paulo - 25/06/2010

Em entrevista à Veja de 16 de junho, Dilma Rousseff afirmou que não existe mais risco Brasil. "Nós nos destacamos no cenário mundial como uma nação que tem rumo, e esse rumo é correto, com crescimento econômico, estabilidade, instituições sólidas e democracia." Foi-lhe então perguntado se concordava com a ideia de que os alicerces dessa robustez tinham sido lançados por FHC. A resposta foi estarrecedora. "Discordo. Hoje nós temos estabilidade macroeconômica. Nós recebemos um governo sem estabilidade, com apenas US$ 36 bilhões de reservas. O endividamento do Brasil crescendo, a inflação ameaçando sair do controle, uma fragilidade externa monumental que a gente não podia nem mexer, o câmbio a R$ 4. Qual é o alicerce?"

Nunca é demais relembrar o que de fato ocorreu em 2002. Nas eleições municipais do final de 2000, o PT havia patrocinado um tresloucado plebiscito nacional que indagava se o governo deveria pagar suas dívidas interna e externa. Não foi surpreendente que, cerca de 18 meses depois, em meados de 2002, a perspectiva da vitória de Lula desencadeasse avassaladora desestabilização da economia, à medida que investidores, empresas e famílias tentavam se proteger contra perdas financeiras. Para que a normalidade pudesse ser restaurada, Lula teve de renegar de público as ideias que o PT vinha defendendo e, já no governo, em 2003, mostrar que estava de fato disposto a adotar uma política econômica sensata.

A resposta de Dilma à Veja chama a atenção para as limitações da suposta metamorfose por que a candidata estaria passando, sob a influência de Antonio Palocci. Há poucas semanas Palocci conseguiu que, diante de uma plateia de investidores em Nova York, Dilma recitasse um discurso que nunca foi seu. Instado pelo presidente Lula a atuar como preceptor da candidata, o ex-ministro tem-se empenhado em convencer o empresariado de que, em pouco tempo, o discurso econômico de Dilma pode ficar tão respeitável quanto o dele.

O desafio um tanto farsesco com que se defronta Palocci traz à mente a aposta de Pygmalion, famosa sátira de Bernard Shaw, escrita há quase 100 anos e popularizada pelo filme My Fair Lady, de 1964, dirigido por George Cukor, estrelado por Audrey Hepburn e Rex Harrison e agraciado com nada menos que oito Oscars. O enredo é bem conhecido. Henry Higgins, um professor de fonética, aposta com outro estudioso da matéria que, se devidamente reeducada, Eliza Doolittle, uma rude florista londrina, com forte sotaque cockney, passaria em pouco tempo a ter um linguajar tão impecável que poderia se passar por duquesa. Mas é bom conter a fantasia e não alimentar ilusões. Palocci não é Rex Harrison, Dilma não é Audrey Hepburn e Brasília não é Hollywood. Por mais que seu novo preceptor se esforce, Dilma não vai passar a ter o discurso de Palocci. Não vai deixar de lado as ideias econômicas que defendeu com chocante clareza nos últimos sete anos e meio, em franca oposição ao próprio Palocci.

Mudanças tão radicais, quando se tem mais de 60 anos, são inverossímeis. Mais ainda no caso de uma pessoa tão intransigente como Dilma Rousseff. Palocci jamais teria dito o que Dilma afirmou na entrevista à Veja. Desde 2002, o ex-ministro não vem tendo qualquer problema em reconhecer, com todas as letras, o mérito dos governos anteriores no longo esforço de estabilização macroeconômica empreendido pelo País nas últimas duas décadas. Mas o sectarismo de Dilma não lhe permite sequer uma visão minimamente razoável e equânime de como o País avançou nesse extraordinário esforço, ao qual o PT só veio se juntar, tardiamente, em 2003.

Dilma parece convencida de que o discurso de Palocci lhe pode ajudar a ganhar a eleição. Mas, como mostra a resposta à Veja, tem enfrentado grande dificuldade para manter a encenação sem deixar que suas próprias convicções acabem aflorando. Lidar com a tensão entre os dois discursos não lhe tem sido fácil. E é isso que talvez explique seus prolongados silêncios em entrevistas e sua propensão a se esquivar de debates.

ECONOMISTA, DOUTOR PELA UNIVERSIDADE HARVARD, É PROFESSOR TITULAR DO DEPARTAMENTO DE ECONOMIA DA PUC-RIO

quarta-feira, junho 23, 2010

Projeção externa do Brasil Rubens Barbosa

Rubens Barbosa - O Estado de S.Paulo
Ao buscar convencer o Irã a assinar um acordo sobre o reprocessamento
de urânio, com o objetivo de afastar suspeitas sobre um programa
nuclear militar, o Brasil chamou a atenção para a sua disposição de
influir para além dos limites da América do Sul.

Com o fim do unilateralismo, vêm surgindo novos polos de poder no
mundo, que a crise econômica se encarregou de acelerar. E o Brasil foi
um dos países que mais se beneficiaram dessa nova desordem
internacional.

Como entender a crescente projeção externa do Brasil? E que fatores
podem explicar o espaço que o País está conquistando no mundo?

Em primeiro lugar, há vários fatores internos. O mais importante é a
estabilidade política e econômica alcançada ao longo dos últimos 16
anos. Ao mesmo tempo que a democracia e as instituições foram
fortalecidas, o Brasil cresceu a taxas mais elevadas, resultado da
continuidade de políticas que mantiveram a inflação baixa e estável, a
situação fiscal sob controle e o câmbio flutuante. Houve significativa
redução da pobreza e 31 milhões de pessoas ingressaram na classe
média, trazendo uma rápida expansão do mercado consumidor.

A liberalização comercial e a internacionalização das empresas
brasileiras são exemplos de como a nossa economia se modernizou. A
diversificação do setor industrial e de serviços acompanhou o grande
crescimento do setor agrícola, altamente competitivo e com marcante
presença no mercado internacional. Pela diversificação de seu comércio
exterior, o Brasil considera-se hoje um "global trader".

A estabilidade, somada a um atraente mercado doméstico em expansão,
contribuiu para que o Brasil venha sendo percebido de forma cada vez
mais positiva. A redução do risco País e a concessão do grau de
investimento pelo setor financeiro muito reforçaram as projeções
favoráveis sobre a economia brasileira.

A reorganização produtiva global colocou a China e o Brasil como
motores do crescimento da produção de bens industriais e agrícolas. Os
dois países são, em grande parte, responsáveis pela cada vez maior
presença dos mercados emergentes no cenário internacional.

Fernando Henrique Cardoso e Luiz Inácio Lula da Silva, nossos dois
últimos presidentes, cada um ao seu estilo e por seus contatos no
exterior, história de vida e facilidade de interagir com os demais
chefes de Estado, contribuíram para aumentar a visibilidade do Brasil
no exterior.

A voz do Brasil não pode mais ser ignorada nos temas globais de
interesse dos países desenvolvidos, como comércio exterior, mudança de
clima e meio ambiente, energia (biocombustível e petróleo), segurança
alimentar, água e direitos humanos. O Bric, que juntou o Brasil, a
China, a Rússia e a Índia num só bloco, tornou-se uma das grandes
novidades no cenário internacional nos últimos anos.

O tradicional envolvimento da diplomacia brasileira em organismos
multinacionais acentuou a imagem do País como formador de consensos e
negociador isento. A harmonia étnica e religiosa e o papel de
moderador que o Brasil exerce na conturbada América do Sul também
passaram a chamar atenção no mundo.

O maior ativismo da política externa do governo Lula na América do
Sul, na África e no Oriente Médio, em virtude da prioridade atribuída
ao relacionamento com os países do Sul (relações Sul-Sul) resultou na
crescente presença externa do Brasil como potência regional com
capacidade de atuação regional e global.

Ao contrário dos outros membros do Bric, o Brasil não tem capacidade
nuclear. Esse fato, associado às posições independentes na defesa de
seus interesses, permitiu ao governo brasileiro margem de manobra nas
suas incursões em disputas até aqui reservadas exclusivamente aos
países desenvolvidos.

O Brasil também se engajou na reforma da governança global. No âmbito
do G-20, mecanismo de consulta que gradualmente vem substituindo o
G-8, o País tem sido uma voz estridente a favor da maior participação
dos países emergentes no Banco Mundial e no Fundo Monetário
Internacional (FMI). O País vem há vários anos defendendo uma ampla
reforma dos mecanismos econômicos e políticos da ONU e sugerindo a
ampliação do número de membros permanentes e não-permanentes do
Conselho de Segurança, de modo a que haja maior peso e
representatividade no diretório que zela pela paz e pela segurança
internacional.

Por esses motivos, internos e externos, o Brasil de hoje, confiante e
afirmativo, procura ampliar a sua atuação externa. Nesse contexto, o
Mercosul, sob o aspecto comercial, e a América Latina, do ponto de
vista político, estão ficando pequenos para os interesses globais do
nosso país.

O Brasil depende apenas de vontade política para fazer as reformas
estruturais ? tributária, política, da Previdência Social e
trabalhista ? e completar o seu processo de modernização. Essas
reformas são necessárias para permitir o nosso grande salto para a
frente, que poderá elevar-nos, nos próximos 15 anos, à categoria de
superpotência econômica global, segundo previsão de alguns governos e
instituições, como o National Intelligence Council, do Departamento de
Defesa dos EUA.

O apressado desejo de protagonismo internacional para fins de política
interna eleitoral põe em xeque alguns dos pressupostos mencionados.
São equívocos de nossa política externa que podem vir a prejudicar um
caminho de afirmação madura no mundo, que uma bem-sucedida realização
da Copa do Mundo e dos Jogos Olímpicos poderiam estimular ainda mais.

A correção desses desvios será necessária para que a voz do Brasil
seja ouvida de forma crescente e com seriedade no palco mundial.

EX-EMBAIXADOR EM WASHINGTON (1999-2004)

terça-feira, junho 22, 2010

Miriam Leitao

Jogada chinesa 
Miriam Leitão 

O Globo - 22/06/2010

O anúncio da China, uma semana antes da reunião do G-20, de que vai tornar mais flexível sua política cambial foi bem recebido ontem pelo mercado, inicialmente. As avaliações são de que o Brasil pode ser um dos beneficiados pelo efeito favorável nas commodities. A nova política tem a cara da velha, que foi adotada entre 2005 a 2008, e que recuperou um pouco o valor da moeda chinesa

O yuan desvalorizado artificialmente é um fator perturbador na economia internacional. Ele torna mais competitivos os produtos chineses, desequilibra o comércio, provoca inúmeras distorções. Mas ninguém acha que o anúncio chinês seja o início de uma mudança para valer.

Alguns analistas acham que foi só uma jogada de marketing para sair do centro das discussões do G-20, outros acham que mesmo sendo suave a mudança será benéfica.

No seu blog, a economista Monica Baumgarten de Bolle, da Galanto Consultoria, diz que comparado com outros países que saíram de câmbio fixo para uma valorização da moeda, o comportamento cauteloso da China não é muito diferente dos outros. Entre 2005 e 2008, quando teve um câmbio mais flexível, a China valorizou sua moeda em cerca de 7% ao ano. Ao todo, em pouco mais de 20%. Em 2008, voltou bruscamente à política anterior de preço do yuan praticamente fixo em relação ao dólar e a valorização foi interrompida, como se pode ver no gráfico abaixo.

Com o yuan mais fraco, as exportações chinesas ganham competitividade, mas a política cambial é uma distorção num mundo de câmbio flutuante e diante da situação chinesa de grande receptora de capital, grande exportadora.

Com uma política cambial um pouco menos controladora, a moeda já teria ganhado valor diante do dólar. A China vai agora adotar uma cesta de moedas em vez do dólar para controlar sua taxa de câmbio, mas continua com uma política tão misteriosa quanto sempre foi, já que não se sabe a composição da cesta.

Será que essa vai ser uma mudança significativa? Em que vai impactar o mercado? Inicialmente, o mercado reagiu com euforia e depois passou a ver com menos entusiasmo e de forma mais setorial. As bolsas americanas que começaram o dia em alta terminaram no vermelho.

Pela manhã, os investidores estavam confiantes de que a valorização da moeda chinesa iria ajudar o comércio mundial. À tarde, a análise já era outra, mais minuciosa, com as ações das empresas de tecnologia em queda porque a importação de componentes eletrônicos chineses ficará mais cara. O Dow Jones fechou em 0,08%; Nasdaq, -0,90%; e o S&P, -0,39%. No Brasil, o índice Ibovespa depois de subir 1,65% na abertura do pregão perdeu fôlego e fechou em alta de 0,60%.

— A alta no Brasil foi sustentada pelas empresas ligadas a commodities e mineração, que devem ser beneficiadas pelo yuan mais forte. Se tirássemos a influência dessas empresas, o índice Ibovespa também fecharia no vermelho, assim como as bolsas americanas — explicou Rodrigo Moliterno, analista de investimentos da corretora Fator.

As ações da Vale subiram 2,9%; Usiminas, 0,94%; CSN, 1,26%; Gerdau, 1,15%. O índice de commodities CRB fechou com valorização de 0,76 ponto percentual.

Como disse o presidente do Banco Central brasileiro, Henrique Meirelles, é melhor esperar o desenrolar dos acontecimentos, já que com a China tudo é sempre muito pouco transparente.

No atual contexto cambial, a ligação do yuan a uma cesta de moedas pode acabar levando a menos valorização diante do dólar porque o euro tem perdido força diante da moeda americana. Da perspectiva da China, é um bom momento para introduzir a mudança. A consultoria RGE, do economista Nouriel Roubini, acha que a moeda chinesa terá uma alta de 3% a 4% diante do dólar no próximo ano. É difícil saber em quanto uma mudança assim lenta ajudará o rebalanceamento do comércio global. Do ponto de vista político, pode acalmar alguns ácidos críticos da política cambial chinesa dentro do Congresso americano nesta conjuntura de eleição de meio de mandato e vai tirar essa questão do centro da mesa da próxima reunião do G-20, em Toronto.

Merval Pereira Fatores regionais

Fatores regionais
Merval Pereira 

O Globo - 22/06/2010

Os dez últimos dias para a montagem das coligações regionais serão de muita tensão nos bastidores, onde se desenrolam as últimas negociações.

O governo está saindo delas menor do que entrou, mas ainda assim maior do que a oposição, com uma campanha presidencial bastante organizada e fortes palanques estaduais

O maior perigo nesse período para o PSDB, com o crescimento da candidatura de Dilma Rousseff, era ser abandonado por parceiros políticos que abandonaram a base governista por questões regionais.

No entanto, André Puccinelli do PMDB do Mato Grosso do Sul aderiu; Osmar Dias do PDT do Paraná aderiu. E o PP nacional pode ficar neutro, o que ajuda.

O governo usa seus últimos cartuchos para pressionar os parlamentares do PP dilmistas a convocarem uma convenção até o fim do mês, mas a parte que prefere apoiar a candidatura tucana tem força para impedir a convocação, criando uma situação de fato que levará à neutralidade.

O fato é que o país dividiu-se geograficamente, e grupos políticos que normalmente estariam com Lula ficaram na oposição, especialmente os que representam o agronegócio.

Estados produtores com o câmbio baixo, dificuldades de exportação, estradas intransitáveis, portos sem capacidade de escoamento e ainda por cima a ameaça de o MST ganhar mais força em um eventual governo Dilma levaram o Sul a fechar com o candidato do PSDB.

No Rio Grande do Sul, o PSDB tem a governadora Yeda Crusius, apesar de todos os problemas que enfrentou, um grande pedaço do PMDB, e uma aliança DEM-PTB, além do PP e do PPS. Contra o PT e o PDT com o ex-ministro Tarso Genro.

Beto Richa é o candidato favorito ao governo, ainda mais depois que o senador Osmar Dias decidiu se candidatar à reeleição.

Em Santa Catarina, há três forças políticas que apoiam Serra indiscutivelmente: o ex-governador Luiz Henrique do PMDB, que é o favorito para o Senado; Raimundo Colombo, ligado aos Bornhausen, que deve ser o candidato a governador, e o Leonel Pavan que está no governo com o PSDB. A senadora Ideli Salvatti é a candidata ao governo pelo PT.

A definição do Sudeste, onde Serra vence nas pesquisas, terá o peso fundamental de São Paulo e Minas, onde os tucanos esperam tirar uma vantagem expressiva.

No Rio de Janeiro, o palanque é com o PV do candidato Fernando Gabeira. A soma de Marina Silva com José Serra supera Dilma Rousseff, que ganha individualmente no Estado, com o apoio do governador Sérgio Cabral, favorito na disputa para governador.

Em São Paulo, o tucano Geraldo Alckmin é o favorito para ganhar no primeiro turno, e o PSDB espera que Serra vença com uma diferença entre 4 e 6 milhões de votos.

Há quem tema, porém, que Alckmin não se esforce tanto quanto seria necessário, ainda uma sequela da disputa pela prefeitura em que Serra apoiou Kassab.

Em Minas Gerais, o PSDB também depende do empenho do ex-governador Aécio Neves.

A disputa pela Presidência está empatada, mas o crescimento da candidatura de Antonio Anastasia pode ajudar Serra num estado em que Lula ganhou as duas últimas eleições com diferença entre 1 e 1,5 milhão de votos.

No Espírito Santo, o candidato do PSB Renato Casagrande é o grande favorito, e o PSDB tem Luiz Paulo Vellozo Lucas, ex-prefeito de Vitória, como candidato, com o apoio do PTB e DEM, e Rita Camata como candidata ao Senado. Serra está na frente no estado.

No Nordeste, o PSDB só pode tentar “reduzir os danos”.

Na Bahia, Paulo Souto é candidato ao governo com PSDB e DEM, com Geddel Vieira Lima pelo PMDB e Jacques Wagner pelo PT.

Em Sergipe, João Alves é muito competitivo contra o Marcelo Déda do PT, e José Serra é mais forte do que Dilma.

Em Alagoas, o governador tucano Teotônio Vilela concorre à reeleição e foi lá o único estado em que Serra ganhou em 2002. Mas os favoritos são o senador Fernando Collor, da base do governo, e o ex-governador Ronaldo Lessa do PDT.

Em Pernambuco, Jarbas Vasconcellos reuniu forças consistentes no estado: Marco Maciel e Sérgio Guerra. Mas o governador Eduardo Campos é o franco favorito.

Na Paraíba, José Maranhão do PMDB é o favorito, e a maior força do PSDB era o Cássio Cunha Lima, que está às voltas com a Lei da Ficha Limpa.

No Maranhão, o ex-governador Jackson Lago também está teoricamente atingido pela nova lei, mas em situação mais favorável, porque já cumpriu a pena, mas a única perspectiva da oposição é tentar perder de menos.

No Piauí, há a candidatura tucana de Silvio Mendes, que é muito competitivo, contra dois candidatos governistas: Wilson Martins e João Vicente Claudino.

No Rio Grande do Norte, a candidata do DEM Rosalba Ciarlini é favoritíssima. No Ceará, o senador Tasso Jereissatti está fazendo uma pesquisa para tomar a decisão se deve ser candidato a senador ou a governador.

Foi uma absoluta surpresa o comportamento dos Gomes, pressionados pelo enviado especial José Dirceu, que lhes avisou que teriam sérios problemas se não apoiassem o exministro José Pimentel para o Senado.

No Norte, onde o governo também tem vantagem, há Tocantins, onde o Siqueira Campos do PSDB é favorito, principalmente agora que o Marcelo Miranda se tornou inelegível.

No Pará deve ter segundo turno com Simão Jatene do PSDB disputando com José Prianti do PMDB e a governadora petista Ana Júlia.

O deputado Jader Barbalho tem um problema igual ao do Joaquim Roriz do PSC de Brasília: ambos renunciaram para não perder o mandato e estão inelegíveis pela Lei da Ficha Limpa.

Em Goiás, o franco favorito é o senador Marconi Perillo, apesar da intenção do presidente Lula de derrotá-lo.

O pior problema dos tucanos é o Amazonas, onde o senador Arthur Virgílio não conseguiu montar um palanque local, a não ser o dele, sem chapa de governador. O maior problema do governo é o Paraná.
Pressões sobre a China 
Celso Ming 

O Estado de S.Paulo - 22/06/2010

Ontem, a cotação da moeda chinesa (o yuan ou renminbi) em dólares teve sua maior valorização desde julho de 2005, quando do último ajuste administrado pelo Banco do Povo da China (banco central).

De lá para cá, estava amarrada à moeda americana, a uma cotação praticamente fixa a 6,826 yuans por dólar: se havia mais entrada de dólares que tendesse a puxar as cotações do yuan para cima, o banco central comprava o excedente; se acontecesse o contrário, vendia. Assim, todo o processo de desvalorização do dólar que se seguiu à crise foi transferido também para a moeda chinesa e deixou o produto chinês ainda mais barato.

A alta do yuan ocorrida ontem, de 0,42%, foi precedida de anúncio oficial feito no sábado de que o banco central, dirigido por Zhou Xiaochuan, prepara a flexibilização do câmbio. A novidade foi saudada por autoridades de todo o mundo, especialmente pelo diretor-gerente do Fundo Monetário Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, por soar como prenúncio de mudanças importantes na administração da economia da China.

A queixa recorrente do governo dos Estados Unidos é a de que a excessiva desvalorização do yuan cria desequilíbrios. O mais importante deles é o de que deixa o produto da China com enorme poder de competição em todos os mercados. A consequência disso é a de que os Estados Unidos se tornaram grandes importadores de produtos chineses e vêm contabilizando rombos da ordem de US$ 420 bilhões por ano em suas contas externas (Contas Correntes). Além disso, na condição de grande superavitária em suas contas externas, a China vai amontoando reservas (hoje são de quase US$ 2,5 trilhões - veja o Confira), que, por sua vez, são aplicadas em títulos do Tesouro dos Estados Unidos e, nessas condições, financiam o consumo americano, que é o fator que aciona importações... da China.

Há anos, as autoridades dos Estados Unidos vêm pressionando o governo de Pequim para que deixe o yuan flutuar livremente ou promova sua forte valorização como providência indispensável para que esse desequilíbrio se desfaça.

Em todo o caso, domingo as próprias autoridades chinesas advertiram que o resto do mundo não deveria esperar nem por profunda nem por rápida valorização do yuan, até porque, coerentemente com o que sempre afirmaram, o yuan não está tão excessivamente desvalorizado quanto supõem os americanos.

Assim, o anúncio da mexida no câmbio chinês e a pequena valorização que aconteceu ontem podem ser interpretados como abertura de válvula, cujo objetivo é reduzir as pressões políticas sobre Pequim uma semana antes da realização da reunião de cúpula do grupo dos 20 países mais importantes do mundo, o G-20, agendada para o próximo fim de semana em Toronto, Canadá.

A forte valorização do yuan é do interesse dos Estados Unidos, mas não é certo que seja do interesse da China. Provavelmente também aí se aplica o provérbio siciliano: não exija o que você não pode tomar pela força. Neste momento, nenhuma autoridade global tem condições de exigir que a China faça um jogo cambial que não lhe convém.
O tamanho do monte
O gráfico mostra a quantas estão as reservas internacionais da China, consequência da forte expansão das exportações chinesas.
Não haverá quebra
Ontem, o presidente do Banco Central Europeu (BCE), Jean-Claude Trichet, avisou que não será permitida quebra (default) na área do euro. Ficou entendido que o BCE e outros países do bloco recomprariam os títulos ameaçados de calote. E a chanceler da Alemanha, Angela Merkel, rejeitou os argumentos de que o corte de gastos provocaria recessão. "Sem austeridade fiscal não há crescimento sustentado", disse.
"O povo pensa que dossiê é um doce"
ARNALDO JABOR


O GLOBO - 22/06/10


Não me esqueço de um ataque de riso, muitos anos atrás, quando ouvi a autocrítica de um alto dirigente do PC da China, durante a Revolução Cultural. Quem foi? Lin Piao? Não me lembro. A "autocrítica" era um dos velhos hábitos comunas, uma espécie de confissão católico-vermelha, só que aos berros diante das massas. E o dirigente se criticou: "Eu sou um cão imperialista, eu sou o verme dos arrozais da China, eu sou a vergonha do comandante Mao...".
Queria de volta as autocríticas do tempo de Mao. Queria ver o Marco Aurélio Garcia, por exemplo, bater no peito se confessando: "Eu sou a praga do cerrado, eu sou um bolchevista fingindo de democrata. Acabei com o prestígio de Lula lá fora, beijando o Ahmadinejad, isolei o Brasil e provavelmente perderemos mais de US$ 3 bilhões em benefícios que os Estados Unidos nos davam para exportações, além da sobretaxa do etanol, que será mantida!".
Depois que conseguiram entrar no Estado, através do Lula, os velhos esquerdistas perderam a aura mística, a beleza romântica que tinham na clandestinidade que os santificava. Eu conheci muitos heróis, sonhando realmente com a revolução, mesmo que utópica, mas honestos, sacrificando-se, morrendo. O comunista romântico não vemos mais.
Hoje, eles não se consideram eleitos por uma democracia, mas guerreiros políticos que "tomaram" o poder. Vemos isso nos milhares de insultos no Twitter, e-mails e bloguinhos que espoucam na internet. Recebo centenas, como outros jornalistas. São apavorantes os bilhetes na web: ofensas e ameaças. Não há uma luta por ideais, mas uma resistência carregada de ódio e medo daqueles que podem, eventualmente, tirar seus privilégios: os "canalhas neoliberais"...
Esses quadrilheiros usurparam os melhores conceitos da verdadeira esquerda, que pensa o Brasil no mundo atual, uma esquerda reformada pelas crises internas e externas, que se conscientizou dos erros da agenda clássica. Eles injuriam e difamam o melhor pensamento de uma esquerda contemporânea, em nome de uma "verdade" deformada que teimam em manter.
Esse crime abstrato muitos intelectuais e artistas não veem, por temor ou ignorância. Falam de um lugar que seria da "esquerda", mas que é o lugar de baixos interesses pelegos, de boquinhas a defender - uma versão de socialismo decaída em populismo. Se dizem de esquerda, mas são de direita, para usar seus termos. Não só pilharam bilhões de reais de aparelhos do Estado, em chantagens com empresários, em fundos de pensão, em contratos falsos, mas roubaram também nossos mais generosos sentimentos. E não é só a mentira que é vergonhosa. É a arrogância com que mentem ao se apropriarem do controle da inflação e de todas as reformas que o governo anterior lhes deixou, que eles chamam de "herança maldita".
Não há mais "autocrítica". Hoje temos o desmentido. O "desmentido" é o arrependimento do "se colar, colou". Quando uma ação revolucionária dá "chabu", basta desmentir e ainda dizer que foi tudo invenção da vítima.
Assim foi o caso Celso Daniel, o caso dos "aloprados" de São Paulo, das cuecas, tudo. "Nunca antes" um partido tomou o poder no Brasil e montou um esquema assim, um plano secreto de "desapropriação" do Estado, para fundar um "outro Estado" ou para ficar 20 anos no poder.
E agora, no caso do "dossiê" contra o PSDB e Serra, mentem tranquilos: é a "mentira revolucionária". Lembro-me de Lula rindo do dossiê dos "aloprados", dizendo: "Deixa pra lá... o povo nem entende o que é dossiê... pensa que é doce de batata... de abóbora...".
Como não têm um programa moderno para o Brasil, a não ser o imaginário sarapatel de ideologias que vão de um leninismo mal lido, passando por um getulismo tardio, uma recauchutagem de JK fora de época, eles escondem sua incompetência se dedicando à parte "espiritual" da velha ideologia: controle, fiscalização, tutela, espionagem e censura.
Agora, estamos assistindo ao início da "porrada revolucionária", com os "militantes" atacando os "inimigos" do povo. É o zelo dos peões, dos pés de poeira, que se acham os guerreiros de uma missão bélica para impedir que os burgueses do PSDB ganhem as eleições (se aliam a Sarney e Collor e dizem que Serra e FHC, que passaram mais de uma década no exílio, são "fascistas neoliberais"... Pode?).
Os brutamontes da militância se acham imbuídos de uma missão sagrada: "Eu taquei um pé nos cornos daquele tucano filho de uma égua, esfreguei a cara dele no chão até ele gritar ‘Viva a Dilma!’ É isso que é golpe de esquerda, não é, companheiro?"
Outro feito dos bolchevo-pelegos no poder é a desmoralização do escândalo. As verdades e delitos aparecem, mas, por negaças, recursos políticos e protelações, o escândalo definha, entra em agonia e morre. Quantos já houve? Stalin apagava das fotos os membros do partido que ele expurgava; portanto, nunca existiram. Tudo é absolvido pela "mentira revolucionária", porque ela vem por uma "boa causa".
Quase todos esses cacoetes derivam de um sentimento: "Somos superiores". Quando eu era estudante, um dirigente do PC dizia sempre: "Não estamos com a doutrina certa? Então... é só aplicá-la". Essa "certeza superior" é encontradiça em homens-bomba, em bispos vermelhos. O autoritarismo e a truculência não são privilégio de fascistas.
A única revolução no Brasil seria o enxugamento de um Estado que come a nação, com gastos crescentes e que só tem para investir 1,5% do PIB. A única revolução seria administrativa, apontada para a educação e para as reformas institucionais, já que, graças a Deus, a macroeconomia herdada foi mantida e a economia mundial se dirige aos países emergentes.
O Brasil está pronto para decolar, se modernizar, e essa gente quer segurar o avião em nome de interesses de um patrimonialismo de Estado e de um socialismo morto que, em seu delírio, acham que virá. Como recomendou Stédile a seus "sem-terra": "Tenham filhos; eles vão conhecer o socialismo...".

Editorial Estado deSPaulo

TERÇA-FEIRA, JUNHO 22, 2010
EDITORIAL - O ESTADO DE SÃO PAULO
A confissão do chanceler
EDITORIAL
O Estado de S. Paulo - 22/06/2010
 
 O presidente Lula e o ministro das Relações Exteriores, Celso Amorim, só podem culpar a si próprios por terem "queimado os dedos", como acaba de reconhecer o chanceler, na tentativa de mediar, ao lado da Turquia, a crise em torno do programa nuclear iraniano. A chamada Declaração de Teerã, pela qual o Irã concordou em enriquecer no exterior 1.200 quilos de urânio para uso em um reator de pesquisas medicinais, foi celebrada pelo governo brasileiro como um triunfo da sua atuação diplomática em escala global.

O acordo não impediu, como se sabe, que os Estados Unidos conseguissem aprovar no Conselho de Segurança (CS) da ONU um quarto pacote de sanções contra a República Islâmica pela insistência em manter os seus projetos de enriquecimento de urânio, proibidos em decisões anteriores do CS. A recusa iraniana a se submeter irrestritamente à fiscalização da agência atômica das Nações Unidas, a AIEA, e a descoberta de instalações nucleares clandestinas no país também foram invocadas para justificar a nova rodada de punições. Só o Brasil e a Turquia votaram contra.

Numa entrevista ao jornal londrino Financial Times, publicada domingo, Amorim desenvolveu um raciocínio que colide com os fatos para anunciar que, de agora em diante, só a convite o Brasil voltará a se envolver com o problema iraniano de forma "proativa". Segundo ele, foi como se Brasília tivesse levado uma rasteira de Washington. Nas suas palavras: "Queimamos os nossos dedos por fazer aquilo que todos diziam que seria útil e, no fim, descobrimos que algumas pessoas não aceitavam um "sim" como resposta." A alusão aos Estados Unidos é óbvia.
O argumento se baseia na carta que o presidente Barack Obama enviou ao seu colega Lula em abril e que o governo mais tarde vazou para a imprensa a fim de provar que o Brasil foi incentivado a procurar uma solução negociada com o Irã. Na mensagem, embora duvide da disposição iraniana "para um diálogo de boa-fé" e advirta que "continuaremos a levar adiante nossa busca por sanções", Obama considera que um acordo como o que seria selado em Teerã representaria "uma oportunidade clara e tangível de começar a construir confiança mútua".
Não fosse pelo proverbial pequeno detalhe, a versão do Itamaraty se sustentaria. Obama não precisaria ter escrito o que pode ser lido como um claro encorajamento. Bastaria o silêncio para exprimir a sua presumível contrariedade com as gestões brasileiras. Entre a carta e a pronta rejeição americana à Declaração de Teerã, um mês depois, acentuou-se em Washington um debate em surdina ao cabo do qual a linha-dura personificada pela secretária de Estado Hillary Clinton prevaleceu sobre os moderados da Casa Branca.
O detalhe, por assim dizer, é que o Brasil não foi a campo no Irã porque os Estados Unidos o estimularam a ir e depois lhe teriam dado as costas. Pelo menos desde que se preparou a visita do presidente iraniano Mahmoud Ahmadinejad, em novembro do ano passado, o governo assumiu ostensivamente a intenção de se promover a mediador do contencioso sobre o programa nuclear suspeito de se destinar à produção da bomba atômica. Nos cálculos do Itamaraty, a iniciativa daria ao Brasil, na arena política global, o equivalente ao que significa o investment grade para as transações financeiras do País.
Tamanha certeza ? ou soberba ? levou o governo a tratar como impatrióticas as advertências sobre a desproporção entre os custos (reais) e os benefícios (eventuais) da empreitada lulista para desarmar um confronto que em última análise se entrelaça com os conflitos crônicos do Oriente Médio e com os interesses estratégicos dos Estados Unidos na região. Agora, o próprio ministro Celso Amorim se rende à força das coisas como elas são e não como ele e o presidente Lula, com o seu voluntarismo desenfreado, gostariam que fossem.
Mas até na hora de pensar o que devia ter pensado antes, o diplomata tenta debitar a terceiros países o malogro da política aventureira que chamuscou a imagem do Brasil como um interlocutor amadurecido e responsável. E tudo porque o presidente Lula imaginou que popularidade interna e liderança internacional são a mesma coisa.

Serra diz que Dilma lhe deve desculpas por suposto dossiê

21/06/2010 - 12h25
Serra diz que Dilma lhe deve desculpas por suposto dossiê
Do UOL Eleições
Em São Paulo


Tucano respondeu perguntas de jornalistas, internautas e do público;
veja mais fotos
O presidenciável José Serra (PSDB) insistiu durante a sabatina
organizada por Folha de S. Paulo e UOL nesta segunda-feira (21) que
sua adversária Dilma Rousseff (PT) deveria pedir desculpas a ele e a
seu partido por conta do suposto dossiê que teria sido preparado a
pedido de integrantes da campanha petista.

segunda-feira, junho 21, 2010

Choque de moralidade-Mary Zaidan


 Blog Noblat

 Em 1989, primeira eleição direta para presidente da República depois de 25 anos, o candidato Mario Covas surpreendeu ao pregar um choque de capitalismo, essencial para se modernizar o Estado e dar fim à excessiva intervenção governamental nas áreas produtivas. Quem diria que passadas mais de duas décadas aquele pronunciamento ficaria cada dia mais atual. E não só porque voltou a ser necessário romper a estrutura do Estado esbanjador, doador de privilégios. Mas, fundamentalmente, pelo choque de moralidade que, embora estivesse lá com todos os pingos nos is, acabou ofuscado pelo alvoroço que o outro choque causou.

À época, Covas aturdiu a esquerda mais retrógada ao agredir o veio estatizante. Mas ninguém ousava divergir quanto aos princípios morais. Política era coisa que deveria ser feita por gente do bem. Mutreta era crime. Faltar com a verdade era imperdoável. Os desvios pertenciam a uma categoria execrável de políticos que cresceu e engordou com benesses do governo militar.

"Conciliar a política com a verdade", frase aplaudidíssima do mesmo discurso, era questão de honra para todos aqueles que lutaram contra a opressão dos generais e contra os casuísmos do então presidente José Sarney, que conseguiu arrancar a fórceps um ano a mais de um mandato que só lhe pertencia porque a fatalidade abatera Tancredo Neves.

Não havia também, a não ser os filhotes da ditadura, quem discordasse de outro trecho tão atual do discurso de Covas: "Basta de gastar sem ter dinheiro. Basta de tanto subsídio, de tantos incentivos, de tantos privilégios sem justificativas ou utilidade comprovadas. Basta de empreguismo."

Bons tempos aqueles. Estranhos tempos os de agora.

Nada parece estar no lugar. O presidente da República gasta muito mais do que devia, desperdiça a bonança e compromete o futuro, arromba o equilíbrio fiscal. Faz bondades eleitorais com o dinheiro que não lhe pertence.

Lula parece se divertir quando ultrapassa limites. Desafia e faz chacota dos tribunais Eleitoral e de Contas. Incha a máquina pública para acomodar apaniguados, é conivente com todo tipo de pecado dos amigos de ocasião. Não se intimida em inventar estatísticas para afirmar sua supremacia sobre os demais e em assumir como seus feitos alheios. Insiste em partidarizar o Estado e, declaradamente, põe seus interesses acima dos do país.

Seu objetivo confesso não é outro a não ser o de eleger a sua Dilma. Na verdade, eleger a si próprio com o codinome Dilma, como deixou claro na convenção do PT, no último domingo. E para isso vale tudo.

O que diria Covas, que contra a maior parte de seus pares conferiu apoio imediato a Lula no segundo turno contra Collor de Mello, hoje um aliado de primeira linha do presidente? Deve se remexer todo.

Os demais candidatos seguem quase na mesma balada da ilegalidade. Aproveitam-se da desculpa de que os malfeitos de Lula justificam os deles. Se os de Lula são perdoáveis, os nossos também são, imaginam. Uma lógica perversa de ganho imediato, mas que detona o pouco que ainda sobra de reserva moral ao país. Os programas partidários na TV - o do PV, propaganda explícita da candidata Marina Silva que ninguém contestou, e o do PSDB, com José Serra em primeiro plano - que o digam.

Mario Covas morreu em 2001. Pode ver o Brasil crescer a partir de um choque de capitalismo. E passa da hora de entender que sua pregação ia mais além. Que venha o choque de moralidade.

 

Mary Zaidan é jornalista. Trabalhou nos jornais O Globo e O Estado de S. Paulo, em Brasília. Foi assessora de imprensa do governador Mario Covas em duas campanhas e ao longo de todo o seu período no Palácio dos Bandeirantes. Há cinco anos coordena o atendimento da área pública da agência 'Lu Fernandes Comunicação e Imprensa.


domingo, junho 20, 2010

SUELY CALDAS Extravagâncias de Brasília

- O Estado de S.Paulo

No Brasil os pobres são a parcela da população que mais paga impostos para sustentar um Estado caro e garantir os altos salários de funcionários públicos ricos. Segundo pesquisa da Fiesp, baseada em números da Receita Federal, as famílias pobres que vivem com até dois salários mínimos consomem 48,9% de sua renda em pagamento de impostos. Já os funcionários da Câmara dos Deputados, que na quarta-feira tiveram salários reajustados em 15% e passaram a ganhar entre R$ 4,3 mil e R$ 22 mil, pagam carga tributária bem menor, entre 31,8% e 26,3% de sua renda.

Essa transferência de renda perversa, que tira do pobre para dar ao rico, explica em grande parte a concentração da renda no Brasil. Só que é uma realidade camuflada, escondida, não é divulgada por órgãos públicos nem trabalhada e detalhada por instituições de pesquisa. E por quê? Simplesmente porque não interessa aos sucessivos governos.

Pesquisar, cruzar e expor os números para mostrar quem ganha e quem perde no rateio da renda do País vai tornar claro justamente o que interessa ao governo esconder: além de se apropriar de boa parte do dinheiro dos impostos pagos por todo o resto da população, o setor público tira proveito da atribuição legal de aprovar e executar leis e regras de governança do País, elevando seus próprios salários acima do suportável para a população que o sustenta. Afinal, são deputados e senadores que fazem as leis, definem o reajuste de seus salários, legislam em causa própria e, depois, remetem para o presidente da República aprovar e sancionar. E Lula confirmou e assinou o reajuste do Legislativo: não quer perder votos de servidores públicos para sua candidata. E, como em ano eleitoral deputados e senadores costumam aprovar privilégios públicos para ganhar votos com dinheiro privado dos contribuintes, já estão em curso:

Aumento salarial médio de 56% para os funcionários do Judiciário (impacto de R$ 6,4 bilhões/ano em gastos);

Novo Plano de Cargos e Salários para o Senado (mais R$ 380 milhões);

Piso nacional de R$ 3,5 mil para policiais civis, militares e bombeiros (R$ 20 bilhões);

Criação de 5.365 vagas de agentes de combate a endemias (R$ 2,4 bilhões).

"Virou uma gandaia", interpretou o ministro do Planejamento, Paulo Bernardo, ao referir-se ao oportunismo irresponsável dos parlamentares em abusar do dinheiro público para favorecê-los em campanha eleitoral. Mas é uma "gandaia" a que o próprio presidente Lula aderiu nos episódios dos reajustes salariais dos servidores da Câmara e dos aposentados que ganham acima do salário mínimo. Na quinta-feira ele disse que vai parar por aí, chamou de "sandice" o comportamento dos parlamentares, mas deixou uma brecha para nova "sandice": "Vamos cumprir as parcelas de aumento que tínhamos acordado em 2008", decerto referindo-se ao reajuste dos funcionários do Executivo, que Paulo Bernardo descartou há dias, na expectativa de adiar para o novo presidente.

Com seus salários privilegiados na comparação com a remuneração dos trabalhadores privados, os funcionários públicos fazem de Brasília a cidade com maior renda per capita do Brasil - R$ 34,7 mil/ano, o dobro da média do País e sete vezes mais do que a do Piauí. O salário médio do Poder Judiciário (do motorista ao juiz), por exemplo, ultrapassa os R$ 7 mil e, se depender do Congresso, vai aumentar em mais 56%, produzindo uma conta de R$ 6,4 bilhões a ser paga pelo contribuinte - menos o rico e mais o pobre que ganha até dois salários mínimos e compromete metade de sua renda com impostos.

No Brasil a população paga impostos - às vezes sem perceber - e quer ser retribuída pelos governos com ações de progresso social e econômico que melhorem as condições de vida do País. As retribuições mais esperadas e aprovadas pela população são os programas sociais dirigidos a exterminar a miséria e a pobreza, eficiência nos serviços públicos de saúde, educação e segurança e investimentos direcionados ao progresso econômico. É para isso que serve o Estado, não para conceder privilégios aos que nele trabalham.

GAUDÊNCIO TORQUATO De olho nas contas

 
O Estado de S.Paulo - 20/06/10

Uma das fronteiras que têm passado pelo crivo da lupa de moralização no Brasil é a das contas públicas. Como se sabe, é nela que nasce parcela ponderável do Produto Nacional Bruto da Corrupção (PNBC). Não há como negar. Estados e municípios têm-se esforçado para fazer a lição de casa no que diz respeito aos desequilíbrios fiscais, dívidas e comprometimento de receitas com despesas de pessoal. A barreira que conseguiu deter a explosão das contas públicas foi a Lei Complementar n.º 101/2000, conhecida como Lei de Responsabilidade Fiscal (LRF), que vem de completar dez anos de existência. Se os governantes têm sido impedidos de gastar mais do que conseguem arrecadar com impostos, evitando endividamento de municípios e Estados, é porque um sistema de freios contém a gestão desbragada.

É curioso observar que a camisa de força imposta, a LRF, chegou a sofrer ação de inconstitucionalidade no Supremo Tribunal Federal de iniciativa do PT, PCdoB e PTB, que pediam a derrubada de 30 dos seus 75 dispositivos. O saldo positivo mostra que o endividamento dos municípios caiu de 8,04% das receitas em 2002 para 0,81% em 2008. Há oito anos, 2.556 municípios apresentavam insuficiência de caixa para honrar compromissos, número que caiu a menos da metade, 1.259. A maioria dos entes federativos cumpre limites, a transparência ilumina a escuridão das contas e os sistemas de controle, como Tribunais de Contas (TCs) e Ministério Público, ganham mais efetividade. A lei tem, assim, provada a sua eficiência.

A disposição da imensa maioria dos governantes, porém, é de escapar aos limites impostos pela legislação. Principalmente em anos eleitorais. Estados não se conformam que sua dívida se limite ao valor de duas vezes a receita. E apontam para a União, que não tem limites para gastos. A propósito, o Tribunal de Contas da União acaba de aprovar, com ressalvas, as contas do governo Lula, deixando, ainda, transparecer muitos buracos. De 2005 a 2009, só 3,7% das 511 mil multas aplicadas por 16 órgãos foram recolhidos, significando quase R$ 25 bilhões em sanções que escaparam do caixa. Mais de cem ações previstas na Lei de Diretrizes Orçamentárias nem sequer tiveram recursos previstos. Na esfera da União faltam disciplina e zelo no cumprimento das disposições. É inconcebível fechar a peneira em baixo e deixá-la aberta em cima. Se a LRF é aplicada com certo rigor no âmbito dos Estados e municípios, o fato se deve também à lupa dos TCs, cuja função foi normatizada na Constituição de 88.

Apesar de percalços vividos por um ou outro órgão, com foco no comportamento de certos conselheiros, o ordenamento dos TCs está profundamente imbricado à nossa cultura política. Basta lembrar que seu patrono é Rui Barbosa. Titular da Pasta da Fazenda, em 1890 o grande tribuno defendia sua existência como "um corpo de magistratura intermediária à administração e à legislatura, com atribuições de revisão e julgamento de garantias contra quaisquer ameaças".

Guardião da coisa pública, tem como função primordial examinar os aspectos de legalidade, legitimidade, economicidade e gestão operacional das ações dos gestores. Tome-se o exemplo de construção de uma passarela de pedestres. Apreciar a legalidade da obra é verificar se houve autorização nas leis orçamentárias, se a Lei de Licitações e a LRF foram cumpridas; a economicidade relaciona-se ao custo, que deve refletir o preço de mercado; enquanto a legitimidade aponta para a observância dos princípios da moralidade e do interesse público. Se a obra for um desvio para ajudar empresa de parente ou amigo do gestor, poderá cair na malha de despesa ilegítima. Já o controle operacional deverá avaliar se a despesa foi executada de forma eficaz, eficiente e efetiva, ou seja, se foram contemplados os elementos data aprazada, recursos alocados de maneira racional e metas cumpridas de diminuição de atropelamentos.

Essa é a engenharia analítica que governantes sonham em desmontar. Entre as iniciativas para escapar aos limites impostos pela lei, está a criação de Tribunais de Contas municipais, com estrutura e funções semelhantes às dos Tribunais de Contas dos Estados. Alguns alcaides imaginam que poderiam tê-los sob domínio. As duas últimas tentativas nessa direção falharam (Rio de Janeiro e Tocantins). Mas no Tocantins o estouro da boiada continua a ser engendrado. Há pouco aprovou-se ali, em tempo recorde, um projeto de lei para retirar poderes do Tribunal de Contas do Estado (TCE). Pelo projeto, o TCE fica impedido de julgar prefeitos na condição de ordenadores de despesas, revogando-se a Lei Orgânica daquele órgão. Curiosidade: o projeto foi apresentado às 17 horas de 10 de maio, aprovado em plenário na mesma noite, sancionado e publicado no dia seguinte. Artimanhas costumam aparecer em ano eleitoral.

É bem verdade que para enfrentar as teias de interesses os TCEs precisam aperfeiçoar seu desempenho, a partir de um controle externo. O conselheiro-corregedor do TC de Pernambuco, Valdecir Fernandes Pascoal, defende a criação de um Conselho Nacional de Tribunais de Contas, sob o argumento de que, "se o órgão é o fiscal da gestão alheia, deve ter a obrigação de ser referência para os demais Poderes nos quesitos legalidade e transparência".

Outra área crítica é a das indicações eminentemente políticas e sem a observância dos requisitos constitucionais de notório saber, idoneidade moral e reputação ilibada. Por que não aumentar a proporção das vagas destinadas aos servidores de carreira, que ingressam mediante concurso público? O apuro profissional dos tribunais é a alternativa para que os mecanismos de controle sejam efetivamente usados. Tribunais fracos e despreparados contribuirão para que as planilhas de contas estaduais e municipais sejam devastadas por viés eleitoreiro.

Há um porém: como reforçar o braço da moralização, se o braço da permissividade puxa em sentido contrário?

Eis a pista: puxar o apoio da sociedade para a banda da moral.